martes, 21 de abril de 2009

Martes... qué decir?

Ante todo: Por Diooooooooor que bueno que está Gustavo Bermudez!!
Acaba de entrar a mi ofi, si es cliente... y está que raja el piso... esa voz, esa sonrisa... Que bien arrancar un día laboral-oficinistico-soontobe-de-mierda! Con un caño como este. GRACIAS!
Como bien les conté estos últimos días no fueron los mejores. El Domingo dejé a mi chico, porque no estaba comortandose de la manera deseada. Menos, después de haberle aclarado en reiteradas oportunidades que ciertas cosas ME ROMPEN LAS PELOTAS.
El Domingo, a la noche nos vimos, hablamos. Bah, hablé... lo mio es monólogo de la vagina. El oye, a medias... porque tengo que repetirme cada vez. En fin. Ahí lo deje, nos vemos en Disney. Así no juego más.
Lunes. DOLOR. Agravado por ciertas cuestiones familiares que me hacen salir a flote lo más tapado de mi inconsciente... MAS DOLOR. Resultado: incontención de líquidos lacrimales...
A la tarde el Chiqui me saluda como si nada, cómo si la destrucción del día anterior no hubiera pasado. Explote. Lo ataqué y le dije qeu me hacia sufrir, que no daba que se comportara así conmigo: !si queres estar solo, está solo... no me jodas"
Después de una hora, de caidas intermitentes de lagrimas, dolor en el corazoncito, y despieste en el laburo... surgieron las palabras magicas. Cenemos hoy, hablamos bien, me dijo que no me quiere hacer sufrir, que quiere solucionar esto, que el necesita tiempo... a lo que le dije que ya lo sabia, que sólo importaba su tiempo... pero el tiempo no iba a hacer que crezca un sentimiento de la nada, no iba a pasar un año y traer bajo el brazo amor. Eso hay que crearlo, estimularlo y CUIDARLO día a día. Yo no le propongo casamiento, sólo qe no em deje oclgada si me dice de vernos, sólo que me tenga en cuenta... que hablemso más. Que se abra.
Me dijo que se quería poner las pilas, una vez ya cenados y con la panza llena, que quería estar conmigo y hacerlo bien, paso a paso. Que ya entendió lo que le decía yo tan insistentemente, y que iba a enmendarlo, a no hacerlo más.
Quedamos en darnos una nueva oportunidad. Sabiendo lo que nos falta y lo que hacemos mal. Corrigiendolo. Pero esta vez, no se permiten metidas de pata.